Don Diego Velázquez

Tal día como hoy, 6 de agosto, allá por el 1660 muere el que es considerado mundialmente como el pintor de los pintores, Don Diego Velázquez. El mayor, el número uno de los exponentes del barroco español nos dejó grandes reliquias pictóricas, entre ellas, Las Meninas.
Las Meninas es una de las representaciones de cámara que el pintor creó para la corte del rey Felipe IV y según los expertos, datado en el año 1656, es una de las muestras de las grandes pinturas de la familia real.
Dejando a un lado los aspectos más técnicos de la pintura hoy os quiero hablar sobre algunas de las curiosidades que envuelven a ésta obra. 
La primera de ellas, si miramos detenidamente el cuadro vemos al fondo el reflejo del rey y la reina en el espejo de la composición. Entendemos que al ser retratados de tal forma el rey era solo un mero espectador de lo que realmente se estaba pintando en ese momento que eran las infantas y no un retrato de la familia. Por otro lado, encontramos la cruz de Santiago que porta en el pecho de su vestimenta el propio Velázquez. Se especula que fuera pintada a posteriori de la finalización del cuadro, ya que aun por entonces Don Diego no tenia tal nombramiento hasta un par de años después, aunque lo más sensato, es pensar que no fuera el propio rey quien dibujara esa cruz , aunque seguramente fuera capaz, pero lo más propio sería que se la hubiera pintado el propio Velázquez antes de morir. 
Otras de sus curiosidades más astronómicas y siendo una de las ciencias que conocía el pintor, se ha llegado a interpretar que si unimos en una línea invisible los corazones de los personajes principales del cuadro se dibuja la constelación Corona Borealis, y en su centro la estrella Margarita Coronae (la perla de la corona). Suponemos que fue un mensaje oculto del pintor sobre la continuidad del reinado, por aquel entonces otorgado a la infanta Margarita, aunque después naciera su hermano Carlos II y todos sabemos lo que paso después.... 
Son algunos más los misterios y curiosidades que podemos encontrar y se conocen del cuadro pero yo me quedo con uno más. El autorretrato de Velázquez. Su mirada puesta en el espectador, es como si lo que verdaderamente estuviera pintando en el lienzo que lo acompaña fuéramos nosotros, nosotros junto a los reyes, logrando así un efecto espacial de sala continua. Sea como fuera, su capacidad de hacernos participes de su obra más grande y hacernos pensar e investigar sobre la genialidad de sus obra lo convierten en un genio sin parangón del aire.

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